En un contexto de reducción del financiamiento internacional, cierre del espacio cívico y creciente estigmatización de las organizaciones sociales, RACI organizó el conversatorio Entre recortes y retrocesos: ¿cómo se defiende lo colectivo?, un espacio de reflexión estratégica para pensar el presente y futuro de la sociedad civil.
Con la participación de referentes del sector como Mariela Belski (Amnistía Internacional Argentina), Carlos March (Fundación Avina) y Mariano De Donatis (Health Care Without Harm), el encuentro se propuso como una instancia crítica, colaborativa y abierta para delinear caminos posibles ante los desafíos actuales. La moderación estuvo a cargo de Guillermo Correa, Director Ejecutivo de RACI.
Durante el conversatorio, se identificaron cinco ejes centrales:
- Reducción del financiamiento y pérdida de legitimidad: Se analizó cómo el retiro de fondos para derechos humanos no solo compromete la sostenibilidad del trabajo, sino que refleja un cambio de prioridades en el orden global.
- Lo colectivo en tiempos de fragmentación: Se debatió la necesidad de pasar del diagnóstico a la propuesta, incorporar la ruptura como parte de la estrategia y comprender mejor las lógicas de actores adversos para diseñar respuestas más efectivas.
- Nuevas formas de articulación y colaboración: Se destacaron ejemplos de alianzas estratégicas, plataformas conjuntas y mecanismos compartidos de respuesta, subrayando la importancia de superar la lógica de supervivencia individual para avanzar hacia una sostenibilidad sectorial.
- Las narrativas como parte central del cambio: Se remarcó el rol clave de la comunicación en la construcción de sentido común, resaltando la necesidad de generar mensajes accesibles, sensibles y emocionalmente resonantes.
- Incidencia, liderazgo y sostenibilidad del trabajo: Se promovió una visión más colaborativa del liderazgo, así como estrategias de incidencia que combinen acciones territoriales, campañas culturales y litigio estratégico.
Lejos de buscar respuestas cerradas, el encuentro funcionó como un espacio de apertura, donde se reafirmó que lo colectivo se defiende —y se reinventa— en plural. La sostenibilidad del trabajo social, más allá de lo financiero, requiere hoy más que nunca de creatividad, alianzas y compromiso con lo común.